martes, 27 de noviembre de 2007

Despertar

No sé si esto es una historia motivada por los depresivos días de otoño, o tal vez tan sólo fruto de mi imaginación y mis temores. Sé que en el futuro que he elegido voy a tratar con personas para las que este cuento, por así llamarlo, supera los límites de las letras que lo componen y cobran una forma, una realidad y un dolor. Tan sólo espero que las líneas que leeréis a continuación no sirvan para crear ningún mal emocional a nadie, pues no pretendo con ellas ni herir vuestra sensibilidad, ni llevar a vuestra memoria recuerdos doloros; tan sólo un pequeño mensaje de esperanza y apoyo con un toque de empatía que espero que haga recapacitar sobre el valor de la vida que tenemos ante nuestros ojos y nos haga disfrutarla al máximo, pues cualquier minuto de vida podría ser el último, y en cualquier instante puede comenzar un verdadero infierno.

Era una mañana más en la vida normal de Lucas. Café cortado, bollos y manzanilla, como de costumbre. Ocho minutos bajo la ducha, dos de cepillado de dientes, beso en la frente a su novia que aún duerme en la cama, y por fin, de camino hacia el trabajo.

Sin saber por qué, de camino en el metro no podía dejar de pensar en aquella discusión que había tenido hacía una semana que había logrado que su madre dejara de hablarle, para más tarde llevar sus pensamientos hacia todo lo que quería hacer en la vida y no había tenido ocasión para ello. Ser padre a los 17 no es una tarea fácil; tu mundo se derrumba, tu juventud se comienza a difuminar desde el momento en que el test da positivo, para a los nueve meses quedar reducida a bruma, a suspiro, a nada... Dejas de ser un niño para convertirte en un hombre adulto, responsable, un ejemplo a seguir para tus hijos y una figura de disciplina en la que jamás te viste capaz de convertirte. Y es lo que le pasó a nuestro amigo. Tuvo que abandonar sus sueños e ilusiones y ponerse a trabajar de ocho a ocho para ganar lo suficiente como para permitirse pagar un alquiler y el precio de los pañales y los potitos. Cinco años después, su vida no es tan diferente, y no son pocas las ocasiones en que sueña con una vida más emocionante, en la que hubiera ido a más conciertos de rock y se hubiera fumado algunos porros de más. Su melancólico rostro comienza a dibujar una sonrisa cuando fantasea con haber tenido una vida universitario de mus y cerveza, de noches de febrero sin dormir, y de viaje de fin de carrera a Punta Cana.

Todos estos pensamientos se esfumaban rápidamente de su cabeza al llegar a la obra en la que trabajaba por cuatro cochinos euros. Era pleno mes de julio, y el sol abrasador le golpeaba suavemente sobre los brazos desnudos y morenos las primeras horas de la mañana. Más tarde, aquellas caricias doradas se convertían en cuchillos sobre su cabeza y su espalda, y tenía que recurrir a una botella de agua de un litro que vaciaba la mitad en su cogote y la otra mitad en su gaznate. Llegó la hora del bocadillo, y sus compañeros agarraron sus baguettes de tortilla y se dirigieron al parque que había cruzando la calle. Nuestro amigo Lucas fue a descender del andamio, pero un mal paso hizo que su tobillo se torciera, perdiendo el equilibrio de su propio cuerpo y sintiendo la eternidad del trayecto vertical que lo llevaba al suelo. Era tan sólo un metro y medio de altura, pero el casco resultaba inútil si allí abajo le aguardaban un par de ladrillos que se acoplaron a su zona lumbar y se incrustaron seccionando la médula a nivel de L1.

Fue un instante de temor y angustia, agudizado al comprobar que sus piernas no respondían a sus órdenes y no quedaba nadie cerca para socorrerle. Pasó media hora desesperante, en la que se sucieron en su mente, una a una, imágenes de su familia y sus seres más cercanos y queridos. En un arrebato de pesismo en el que veía la muerte a dos metros, pensó que ojalá le hubiera pedido disculpas a su madre, o que hubiera disfrutado más de sus dos hijos y de su novia. Deseó haber disfrutado más de una vida que, al fin y al cabo, hasta aquel preciso momento, no le había sido demasiado cruel, aunque él considerase lo contrario. Finalmente, acabó perdiendo el conocimiento sumido en tanto quebradero de cabeza que le hizo odiarse por haberse querido y mimado tan poco.

Por fin despertó, en la cama de un hospital; cuál, es lo que menos interesa de la historia. El caso es que ahí estaban su madre, su novia, sus niños, su familia en general, demostrándole que nada iba a hacer que se separaran de su lado. Llegó el médico, hizo un gesto de negación con la cabeza y le advirtió de que no volvería a ser dueño de sus piernas, que éstas habían dejado de funcionar a su voluntad, y que le esperaba un destino de paciencia, superación y ruedas.

Lejos de lo que pueda parecer, Lucas sonrió, miró a su hermana, luego a su madre, luego a los niños... Derramó un par de lágrimas y su sonrisa se hizo más grande. Dio gracias por no haber muerto en aquel accidente, y en seguida supo que tenía apoyo suficiente para seguir adelante. Supo que su madre no necesitaba ya ninguna palabra de disculpa, pero la miró a los ojos y dejó escapar un "Te quiero, mamá" dulce y sincero.

Aquel día, descubrió que la vida le había dado una segunda oportunidad de vivirla y disfrutarla, y por eso cada mañana amanecía con más alegría y esperanza. Disfrutaba cada caricia de su compañera, y se emocionaba con cada beso de sus pequeños. La silla de ruedas, el adaptar su casa para hacerla habitable para él, sus incontinencias urinarias (y las no urinarias) y la falta de relaciones sexuales no supusieron más que pequeños baches que bordear para no tropezar con el sentimiento de impotencia. A pesar de los elevados costes de su situación y de la dificultad para encontrar un trabajo adaptado a su situación, se matriculó en Derecho, aprendió a jugar al baloncesto, se aficionó al ajedrez y dedicó gran parte de su vida a ser el mejor amigo de sus hijos.

Aetate fruere: mobili cursu fugit [Séneca, Hippolytus 446]

domingo, 25 de noviembre de 2007

Vagabundo en la oscuridad

Y aquí os dejo de momento el último tostón de esos que escribí. Es el menos cursi-ñoño, pero bueno, repito que tiene ya unos años...

Paseo a orillas de la verdad,
sumido en un profundo sueño
del que quisiera despertar.

Abro los ojos e intento pensar
que no es más que un sueño,
que nada es realidad.

Y paseo a orillas de la verdad,
sumido en una profunda oscuridad
de la que nadie me puede rescatar.

Vagabundo de mi ausencia,
peregrino de la vida y de la muerte,
escudero de mi propia conciencia;

¿Qué es la verdad?
¿Acaso eso se aprende en los libros?
¿Acaso tú y yo vivimos
en la misma realidad?

Siento decepcionarte, amigo,
pero la verdadera realidad
es la oscuridad, es el mal.

Rosa marchita

Aquí otro poema de la saga adolescente sin vida amorosa...

Todos los días, al amanecer,
contempla su foto una vez más
con la esperanza de volverle a ver,
y las lágrimas comienzan a brotar.

Aún conserva esa rosa marchita,
marchita como su corazón;
esa rosa sin vida,
ésa, que él le regaló.

Esto ocurrió una mañana primaveral,
hace ya algunos años:
Ella estaba durmiendo y, al despertar,
él no estaba a su lado.

Y se sintió sola y comenzó a llorar,
y él apareció por la puerta.
Y le dijo: "Ya no llores más;
mi niña, ¿ya estás despierta?

Esta mañana desperté temprano,
pero no te quise molestar,
asi que salí despacio,
pues vi esta rosa brotar.

Y la cogí pensando en ti:
ella es hermosa y es bella;
tú, en aquel jardín,
serías entre rosas una estrella:

Más preciosa que la vida,
más brillante que el amor;
esta rosa sin espinas
es el símbolo de mi corazón.

Cógela ahora si me amas,
guárdala si me aprecias,
consérvala si me estimas
y tírala si me desprecias.

Pero yo ahora he de irme,
pues tengo que trabajar;
no vengas a despedirme,
pronto de vuelta voy a estar."

Pero, desgraciadamente,
su palabra no cumplió.
Desde entonces yace eternamente
donde la carretera se lo llevó.

Por eso ella aún le recuerda,
y le habla a la rosa marchita,
pues en el lugar donde él se encuentra
la escucha, y de impotencia grita.

Más un día ella le oyó
y quiso juntarse con él;
con un cuchillo las venas se cortó
al llegar el anochecer.

La rosa marchita se abrió
como se abre un capullo en primavera,
y un rojo intenso recobró,
y volvió a la vida, tras larga espera.

Ahora que sus corazones
están juntos otra vez,
ahora, ya no hay más razones
para llorar al amanecer.

Llanto en Soledad

Como hay gente que me regaña por no actualizar este blog de vez en cuando, he decidido meterle algunos poemillas de mi etapa de adolescencia pavi-sosa, de cuando era una niñata más, de estas asquerosamente repelente y quejicas con el mundo en general... Me dio la vena poética, así que aquí os pongo uno de ellos. Personalmente comento que ya no me gustan, he aumentado mi nivel, jajaja pero no estoy ahora para escribir. Espero que sepáis disculpar que ya no me tome tantas molestias... cuando lo haga me lo tomaré en serio ;)

Caminé por el sendero de mi soledad
y pude ver la ignorancia despertar.
Me disfracé de tus ojos de ilusión,
y conquisté el mundo de tu canción.

Quise saber el porqué de mi valor
y comprender que ya todo se acabó,
pero es difícil que pueda olvidar
lo que tus labios me hicieron soñar.

Creí tener el mundo bajo mis pies,
pero comprendí que así no debía de ser,
pues te encontré soñando con vivir
con otra persona, y con ella compartir
todo aquello que nunca más tendré
pero que, cariño mío, jamás olvidaré.

Sabe bien que, siempre tras de ti,
si giras la cabeza, me verás sufrir.
Entérate, que desde que no estás
mi corazón ya no deja de soñar,
y pensar que un día despertará a tu lado...

martes, 30 de octubre de 2007

Caperucita y el Lobo

El cuento dice que Caperucita era una niñita alegre y feliz, que un día le dijo su mamá que le tenía que llevar a su abuelita una cestita con tortitas, pan y miel. Su abuelita estaba en cama, y vivía en una casita al otro lado del bosque, y es por eso que Caperucita debía ser muy precavida y no entretenerse en el camino, pues detrás de cualquier arbusto podía estar acechando el lobo feroz. Una vez en el bosque, Caperucita se encuentra con el lobo, y desobedece los consejos de su madre, pues al final confía en él y le cuenta adónde se dispone a ir, a lo que él, que es más astuto que la niñita, le enseña otro camino más largo, pero repleto de flores que puede ir recogiendo para hacer un bonito ramo para la abuelita. De este modo, el lobo feroz llega antes a casa de la abuelita y se la come, se pone su camisón, y se hace pasar por ella cuando llega Caperucita. A todo esto, la niña se confía demasiado y su lobo-abuela acaba devorándola también. Al final el cuento se resuelve con un final feliz cuando un leñador que pasaba por ahí y oyó los gritos de la niña, cogió su hacha y rajó el vientre del lobo, de modo que pudieron ser rescatadas tanto abuela como nieta, y vivieron felices y comieron perdices...

Qué bonitos que son los cuentos con final feliz, ¿verdad? Lo que pasa es que la versión "light" para niños tiene algunos errores... En realidad es Caperucita la abuelita que está en cama. Vive acechada por el lobo feroz al que la historia acabó llamando mal de Alzheimer, y son sus hijos y sus nietos los que le llevan la cestita con tortitas... Hasta que éstas resultan demasiado para ella... Otra cosa en la que se equivoca el cuento es en lo de que Caperucita se trague el chisme ese de que está viendo a su abuelita... En realidad es bien consciente de que el lobo feroz está delante de ella, pero ella lucha por que no se salga con la suya, aunque sabe que una inocente niña jamás podrá salir con vida de aquella habitación...
Es cierto que la historia acaba con que el lobo termina devorando a Caperucita, pero en realidad no existe ningún leñador que le salve de sus garras. No existe ninguna cabaña en ningún bosque, ni ningún final alegre en el que la nena viva feliz y coma perdices... Ahora serán sus allegados los que recojan flores en el bosque para ella, y la recuerden no cómo la Caperucita en cama de sus últimos días, sino como aquella niña inocente y alegre con gran carácter que penetró en el corazón de todos cuantos la conocían a lo largo de su vida, dejando una enorme huella imborrable que perdurará en el tiempo, más allá de los cuentos infantiles... En mí, que estuve con ella; en ti, que leíste su historia; en todos... Para siempre... Te quiero.

martes, 23 de octubre de 2007

Connie & Bianca Ryan

Hace algún tiempo alguien me enseñó el vídeo de una dulce niña de 6 años en un programa de TV cantando "Somewhere over the rainbow". No hay palabras para describirlo, así que me mejor os dejo que lo disfrutéis vosotros mismos. El vídeo en sí es de un cásting del programa Britain Got Talent, donde cada uno va a mostrar un talento y pasan por el cásting, y si son seleccionados, es como un tipo Factor X, con eliminatorias, pero con la salvedad de que el ganador se lleva una pasta. La verdad es que no sé en qué puesto quedó Connie, pero que se ganó el corazón de media Gran Bretaña es cierto, el mío, y espero que el vuestro si le dais al play. Me encanta cuando la jurado se pone a llorar.



Como es de entender, tras ver este vídeo da curiosidad por descubrir más, de modo que acabé llegando a la versión americana del programa. Os pongo el vídeo del cásting de la ganadora, Bianca Ryan, de 11 años, que tras posicionarse en primer puesto se llevó al bolsillo la golosa cantidad de 1.000.000 de dólares. Al final del cásting, un miembro del jurado le dice: "Cambiate el peinado, cambia tu vestido y cambia tus zapatos, y ganarás el programa". En la gala final, tras proclamarse ganadora, el mismo hombre le comentó: "Te dije que te cambiaras el pelo, el vestido y los zapatos y ganarías el programa; y efectivamente, te has cambiado el pelo, te has cambiado el vestido y los zapatos, y has ganado". Me encanta. Quiero una hija como Bianca o como Connie. Os dejo que disfrutéis de ella.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Viaje Astral / Sueño Lúcido

Hace algún verano, una de esas tardes de aburribiemto en el Rinconcito hablando de todo un poco, salió el tema de los viajes astrales. Acojonaba la manera como mi amiga Noelia nos relataba experiencias en el caso, y cómo Lara nos daba las pautas para conseguir un viaje de estos.
Un viaje astral se produce cuando tu cuerpo astral se separa de tu cuerpo físico, desplazándose al plano astral, a la vez que eres consciente y tienes el control de lo que tu cuerpo astral hace. ¿Y no puede el cuerpo astral perderse, no volver con el físico, o confundirse de cuerpo físico? La respuesta es no. Entre ambos, cuerpo físico y astral, hay un nexo, una conexión, de modo que el cuerpo astral siempre regresa.
Las personas que dicen haber tenido viajes astrales lo primero que relatan es recostarse en la cama o levantarse, y verse aún acostadas, durmiendo. Esta vista va acompañada de miedo las primeras veces, pero quien ya domina este tipo de viajes se relaja y decide qué hacer, a dónde ir, a quién conocer, incluso hablar con los muertos.
¿Y cuál es la explicación? El psiquiatra holandés Frederick van Eeden utulizó por primera vez en 1913 el término de Sueño Lúcido, el cual se describe como aquél en el que el soñador es consciente de que está soñando, o incluso es capaz de controlar sus sueños a voluntad. Habrá personas que quieran creer en lo de los cuerpos astrales y las otras realidades, pero debemos aceptar como más científico que un sueño astral no es más que un sueño lúcido, consciente.
A menudo los onironautas (personas que frecuentemente tienen este tipo de sueños lúcidos), y los demás soñadores a veces, sufren de falsos despertares, ya que al ser consciente de que estás soñando, cabe la posibilidad de que sueñes que te despiertas, creyendo haber despertado de verdad. Quien se especializa en estos sueños, realiza una serie de tests donde analiza el grado de lógica y coherencia de las cosas al despertar (por ejemplo, mirando la hora dos veces), para asegurarse de haber despertado de verdad.
No entro en que sea cierto o no que haya gente que realmente controle y sea dueño de sus propios sueños, sólo comentar que ¿a quién no lo ha pasado de saber que está soñando, o de creer haber despertado?

martes, 25 de septiembre de 2007

James Marsters


Estaba yo viendo Smallville esta tarde con mi chico, y ha aparecío un tío un poco cascao ya, pero el caso es que me sonaba mazo su cara. ¡No podía ser él! Pero el caso es que la sonrisa, los ojos...
Pero ¿quién no ha visto nunca Buffy Cazavampiros? Aquí tenemos al vampiro bombón, el rubito que volvió loca a la Cazadora. Hay que ver lo que envejece la gente cuando no se cuida... Tampoco han pasado tantos años desde aquello...














Curiosamente, ayer viendo CSI en casa, ocurrió algo parecido. Mi madre reconoció enseguida a este tío, aunque yo no lograba identificarlo... Cuando me dijo quién era, tampoco me lo creía, así que tuve que comprobarlo por mí misma... Efectivamente, se trataba de Edwuard Furlong, el niño de Terminator 2...




Está claro que hay cambios que van a mejor, y otros... pobrecillos, jeje

sábado, 22 de septiembre de 2007

Cosas Extrañas

Vas andando por una calle solitaria, son las 12 de la noche y te diriges a casa, como todos los días, por ese inmenso desierto que es tu barrio a determinadas horas. No llevas más compañía que la que te proporcionan tus 4 sombras, procedentes de todas aquellas absurdas farolas con las que te encuentras a tu paso, absurdas porque el inepto de tu alcalde se gasta los cuartos en poner farolas de juguete en lugar de bajar el precio de la piscina (porque 5 euros por darse un chapuzón es un gran robo). Llevas Green Day en el mp3, y qué oportuna cuando llega la canción de 'Boulevard of broken dreams'. Por lo demás, una noche más. Llegas a casa, y las cosas siguen tan jodidas como de costumbre. Por eso intentas irte a dormir lo antes posible, para no soportar lo malos rollos de los que escapas cada día a las 5 de la tarde cuando decides salir de casa.
Al día siguiente vuelta a empezar, y de nuevo por la noche, en la ocura y silenciosa calle, te sientes como en casa, o mejor aún, ya que precisamente a casa es el último sitio al que quieres llegar. Pero no te sientes tan solo cuando oyes pasos detrás de ti, decides no girarte y al rato ves que te adelanta lo que tan sólo era una marujona sacando al perro; uno de esos perros pequeños que tienen muy mala hostia y además parecen medio lelos. Pero eso no viene al caso. Sigues tu camino, y ya no oyes unos pasos tan claros de alguien que se acerca a ti, sino dos o tres pasos justo detrás, y miras a una de tus sombras, justo la que tienes de frente, porque si hubiera alguien su propia sombra se mezclaría con la tuya y echarías a correr por patas. Pero no ves nada. Te giras disimuladamente y te relajas al comprobar que los pasos que habías escuchado eran los tuyos propios, en un momento de nerviosismo. Por lo demás, todo continúa como de costumbre.
Una noche más, tu y tu boulevard de los sueños rotos, más oscuro, más inquietante, oyes un suspiro detrás de ti y te giras tan bruscamente que no te das cuenta de lo patético que pareces, acojonado por una mierda de calle vacía a la luz de la luna. Giras una esquina, y de la nada aparece un grupo de chicas bien arregladas con sus minifaldas y sus botas, sus peinados de impresión y sus litros de colonia con olor a gominolas, acompañadas de dos maronos que suponen ser amigos suyos, pero en realidad son tan sólo un par de payasos a los que conocieron la semana pasada, que pretenden tirárselas, pero ellas no se lo van a poner fácil. Pero como esa no es tu historia, sigues adelante. Enhorabuena, sólo has descubierto que era viernes. Sí, ya viernes, un viernes más, como muchos otros, como otros jueves y otros sábados, y en la misma patética calle del mismo patético barrio.
Debajo de un coche, escondido en la oscuridad de la sombra del vehículo, encuentras un pequeño gato pardo, no tendrá más de 6 ó 7 meses, pero lo ves tan fuerte, tan avispado y tan inteligente que te da miedo cómo se puede desenvolver solito una criatura tan tierna. Te agachas y le llamas, pero él es más inteligente que tú, se esconde detrás de la rueda y desde allí te observa en posición para salir por patas si decides dar un paso al frente. Tu deduces eso, y te quedas quieto, le miras a los ojos intentando transmitirle buenos sentimientos hacia él... Pero ay!, amigo, si se fiara de gente como tú no habría llegado a su tierna edad semiadulta. Tú le miras, él te mira, agacha las orejas como si fuera un perro y tú sonríes, y acto seguido encorva la columna, se le erizan todos los pelos del cuerpo y te bufa, como si acabara de descubrir en ti al ser más diabólico del mundo. Al instante oyes una voz detrás de ti, una sencilla voz de niña que reía porque iba de la mano de su padre cantando y pasándolo bien. Y ahora, amigo, desearías haber apreciado ese matiz antes, antes de que fuera tarde, antes de cometer el acto más inhumano, fruto de los delirios que la soledad y tu mera imaginación acometieron contra esa inocente alma pura, cuando ves que, sin apenas darte cuenta, el susto que te dio la niña te llevó a coger del suelo un pedazo de cristal de una litrona rota que había junto a ti y haberlo incrustado en el pecho de su cachorro, una cría de mastín que la niña llevaba atada con una correa, y que la hacía ser la persona más feliz del mundo. Hasta que tú, solo tú y tu mierda de asquerosa existencia lograron arrebatar aquella sonrisa tierna del rostro angelical.
Enhorabuena, tu vida es tan patética como la del resto de mortales que la pueblan.

sábado, 15 de septiembre de 2007

Cosas que Joden- Mamá Ladilla

Bueno, bueno, esta canción se la dedico a toda esa panda de idiotas que a lo mejor entre ellos no se conocen, pero ya os digo yo que conozco a mazo de idiotas a los que también me apetecería matar por idiotas, pero son muchos y me cansa xDDDD
Por cierto, una gran filosofía la que predican aquí los amigos, jajaja



jueves, 13 de septiembre de 2007

Gomaespuminglish, inglés para lechones, lechón uán!

Para quien no conozca a este profe de inglés aquí os lo presento, no os perdáis el vídeo, que no tiene desperdicio, es el primer capítulo, pero si queréis más, el youtube y stage6 los tienen.



martes, 11 de septiembre de 2007

How blue can you get (solo)

Aquí os dejo un vídeo de un joven bluesman que se lo curra un huevo, y espero que os guste ;)

lunes, 3 de septiembre de 2007

Odisea laboral

Bueno, pues empieza el día a las 5 de la mañana, cuando me levanto pa ir a currar (sí, mi primer día). Y sí, a las 5, es que suelo tardar un poco en ducharme, secarme el pelo y cosas de esas... Así que nada... A las 6 salgo de casa, me dirijo al renfe, y los torniquetes están cerrados, así que me ahorro el billete de ida. Según esperaba al tren vi una cara conocida, pero llevaba auriculares, y digo: bah, como le diga algo voy a quedar mal porque no me va a oír... así que na... Algún día se dará la vuelta... Y sí, se dio la vuelta, Sara, cuánto tiempo hará de que salíamos juntas por ahí y nos ibamos a correr y tomar helados en invierno... Pues resulta que se después de vivir en Santa Olalla y luego en Madrid, se volvió a mudar ayer a Fuenlabrada, y la pobre ha tenido que madrugar la hostia para irse al ejército. Y es que, para quien no lo sepa, Sarita lleva dos años en Artillería Antiaérea, así que cuidao, no os metáis con ella xD jaja Nah, es broma, no muerde.


Al llegar a Zarzaquemada me bajo del tren, cuando me dejan los arrolladores esos que subían, no sé quién les enseñaría modales, porque primero se deja salir y luego se entra, en cualquier sitio, pero bueno... Bajo las escaleras, salgo, y empiezo a andar hacia donde supongo que estaba el Parquesur, porque confieso que yo desde el tren luego nunca sé por qué lado se salé, pero vamos, llevaba una idea. Sabía que el trecho hasta llegar era bastante largo, pero no lo recordaba tanto, así que empecé a pensar que no sería por ese lado... Y recordé las palabras de Sara: Cuidado, que esa zona es peligrosa de noche, a lo que, por cierto, al contesté: "Bah, es peligrosa a las 3 y media, las 4... Pero a las 6 y media de la mañana los violadores duermen". Por suerte, ni violadores ni camino incorrecto, hice bien en fiarme de mi sentido de la orientación, aunque digan que las mujeres ese lo tenemos un poco atrofiado.


Si os digo la verdad, me perdí al llegar, no porque no conozca el sitio, sino porque a esas horas está cerrado, y claro, yo no sabía muy bien por dónde tenía que entrar... Así que cogí una puerta, y bueno... Parecía la imagen de una peli de terror, un centro comercial vacío y medio a oscuras, y ahí yo, esperando a que salieran los zombis de detrás de cualquier sitio o a que los muñecos en los que se monatn los niños cobraran vida y fueran a por mí. Por suerte llegué a la única puerta de Alcampo que estaba abierta, y ahí el guarda ya me dijo dónde tenía que ir y esas cosas.


Me cge un encargado y me señala un pasillo: Ahí te toca a ti. Pues muy bien, ahí estaba yo, cara a cara, face to face con el palé lleno de cajas... Y es que a cuelquier trabajo que vayas por una ETT, los jefes y encargados siempre dan por sentado que lo sabes todo, y nunca te explican nada, ni lo que tienes que hacer, ni cómo... Encima luego la tía que se encargaba de mí era una mari sosa que pasaba de mi culo como de la mierda, aunque buelo, por lo menos me trajo una compañera. Se llama Esther y es una tía mu maja, ella em ha explicao las cuatro cosas que hay que saber, y hemos pasado la mañana juntas entre cajas y mierdas de esas, y con las señoras preguntando por el arroz SOS. Por lo demás el trabajo ha sido bastante normal, más bien se puede decir que aburrido. Por cierto, que manejar el traspalés es un poco chungo eh xD Pero bueno, algún día me sacaré el carnet ¬¬


Y de aquí ya sólo esperar a la repetición, que tendrá lugar mañana a la misma hora en el mismo lugar, y a ver si me contratan para más días...





PD: Ni os imagináis la de tipos distintos de arroz, lentejas y garbanzos que hay O_o

Hola!


Bueno, esta es la primera entrada que le pongo al blog, así que aprovecho para saludar y bueno, que intentaré escribir a menudo y tal. Así para empezar os cuento que en octubre empiezo la uni (Fisioterapia en la Rey Juan Carlos de Alcorcón), así que ya os contaré las anécdotas, cómo me va, y comentaré cosas curiosas sobre la fisioterapia, los masajes y lo que me venga. También os comento que mi vida laboral es un poco penosa, después de dos años buscando trabajo sin éxito por no ser mayor de edad, por fin me han llamado de Randstad (una ETT), y he empezao a currar esta mañana como reponedora (pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión). De momento son sólo dos días, pero bueno, euro a euro... no llegaré a una fortuna pero por lo menos tendré unas pelillas que gastar. Y así a ojo como introducción no se me ocurre más. Espero que vuelvas por aquí pronto, ciao!^^