lunes, 16 de junio de 2008

Soledad

¿A qué llamamos "soledad"? Un estado de carencia de compañía, de apoyo, de refuerzo, de ánimo... ¿Situación de estar materialmente alejado de otras formas de vida? Y, ¿no se puede estar solo y, al mismo tiempo, rodeado de gente?

Sí, por supuesto que sí, y no creo que nadie haga por debatirme este aspecto... ¿Cómo saber quién está realmente, y quién es una mera ilusión, una imagen transitoria que se escapará por la vía más fácil? ¿Cómo saber cuándo una sonrisa es sincera? ¿Cuándo lo es un abrazo, una caricia, un guiño...? Miras a tu alrededor y te ves inmerso en un mar de ¿personas?, tal vez ni siquiera eso... Pequeños y discretos tiburones esperando a que tropieces para pegar el mordisco a tu asqueroso trasero... Y luego: "¡Ahí va! Fue sin querer". ¡Gilip-cof cof cof! Cientos de brazos tendidos hacia ti te ofrecen apoyo y ayuda... Cientos de brazos tendidos al vacío sin saber lo que significa el compromiso, pensando que toda la vida es un juego y si matas al malo, aparecerá de nuevo tres pantallas más adelante. Desconocedores de las consecuencias de los propios actos, juegan con la vida de los demás como un niño moldeando plastilina...

¿Y ahora qué? ¿Eso te hace feliz? Feliz me haría poder gritar a los cuatro vientos que soy libre, y que paso del puto culo de la gente de mentira. Feliz me haría no tener que morderme la lengua cada vez que abro la boca, para no "meter la pata". ¡¿METER LA PATA?! ¿Qué es eso? Meter la pata es decir las cosas tal y como las piensas y sientes. Meter la pata es decir algo inoportuno en el momento menos adecuado... Meter la pata es perder la espontaneidad y la sinceridad, virtudes tan valoradas en criaturas inocentes que aún no han pisado la pubertad.

Pequeñas criaturas incorruptas, más cercanas al estado animal que al humano. Estado animal, instintos... Procreación, supervivencia... Qué mal suenan estas palabras, a oídos del inepto que no ve más allá de cuatro normas éticas y sociales. El ser humano es incapaz de comer por necesidad: lo hace por hábito; no sabe lo que es tener sexo para procrear: lo hace por placer; no se relaciona con la manada para suponer un cobijo más seguro para sus crías y hembras: lo hacen por el reconocimiento social y la satisfacción de tener "cuanto más, mejor". Sí, sí, cuantos más tiburones acechen tu ano, más feliz y completo te sientes... ¿Y después qué? Después nada...

Polvo, cenizas, humo, aire... Aire reprimido, silencio ahogado... Murmullo lejano que cada noche grita por ser escuchado...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

joder menuda vision del mundo que me tienes hija miaaaaaa jajajajaja lo de la competencia es verdad y si la verdad es que el mundo es una mierda yo creo que todo funcionaria mejor si fueramos nniños y no hubiera mayoes todos seriamos iwales pero prdimos ya el rumo y no somos una manada somos lobos y corderos ajajajajaj un bikooooooo

F.J. dijo...

viva la hipocresia! sin hipocresia el mundo seria un infierno!no crees?